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La música de las palabras

El poder del arrullo en la primera infancia

La música acompaña al ser humano desde antes de nacer. En el vientre, el bebé ya percibe sonidos. La voz humana, sobre todo la de la madre, es la primera melodía que reconoce. Luego, al nacer, ese canto amoroso se convierte en puente: lo ayuda a conectar con el mundo y con las personas que lo rodean.

¿Por qué son importantes los cantos de cuna?

Los cantos de cuna, nanas y arrullos tienen una función emocional y cognitiva. A través de ellos, el bebé no solo se calma. También comienza a construir su lenguaje. La prosodia —es decir, la musicalidad de la voz hablada— influye en su desarrollo auditivo, afectivo y expresivo.

La estimulación que recibe el niño o niña en sus primeros meses deja huellas duraderas. La estimulación temprana trabaja con estos recursos desde un enfoque técnico. Pero cualquier adulto que acompaña a un bebé puede usar la voz como herramienta de vínculo y crecimiento.

¿Te interesa conocer más sobre cómo usar canciones en la infancia? Visitá nuestra Plataforma de Trabajo Interactiva con recursos para educadores y familias.

La voz como puente afectivo

Cantar no requiere técnica ni formación musical. Requiere presencia. El tono, la pausa, la suavidad, son gestos amorosos que generan seguridad y alegría. El bebé responde. Escucha. Balbucea. Se vincula.

La voz hablada o cantada prepara el camino para sus primeras palabras. Es un recurso valioso que todos tenemos.

Te invitamos a compartir

¿Recordás qué canción te cantaban de niño? ¿Hay alguna nana que uses con tus hijos o alumnos? Este blog es un espacio abierto para compartir vivencias.

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